
La mayoría de nosotros ha oído hablar de Save the Children, la organización benéfica internacional que trabaja para mejorar la salud y los derechos de los niños. Sin embargo, es raro conocer el nombre de su fundadora: Eglantyne Jebb.
Por eso, porque es una figura que tuvo una idea inspiradora que ha cambiado muchas vidas, es por lo que le dedicamos la mitad del libro «Solidariamente», junto a otra figura controvertida: Oskar Schindler.
Pero… ¿quién fue Eglantyne Jebb?
Fue muchas cosas: educadora, economista, filántropa, activista social y política. Nació en Gran Bretaña, en 1876, en el seno de una poderosa familia intelectual. Se formó en casa, con una institutriz prusiana, que le contó desde pequeña gran parte del sufrimiento del pueblo de Prusia, despertando la conciencia social de la niña. En 1895, fue a estudiar al Lady Margaret Hall, en Oxford, y posteriormente al Teachers Training College.
Cuando Eglantyne empezó a enseñar, se preocupaba muchísimo por sus alumnos, y se horrorizaba por la pobreza en que vivían en muchas ocasiones. Mientras trabajaba en Cambridge, conoció a Mary Marshall, que fue una de las primeras mujeres en estudiar en Cambridge. La señora Marshall, que era profesora de Economía, vio en los ensayos de Eglantyne que tenía un don para la escritura y que podía serles útil para la Charity Organization Society (COS). Y le pidió a Florence Kynes, reformadora social y economista, que contratara a Eglantyne. Esta, que se sentía frustrada en su labor docente, aceptó. Así, Eglantyne empieza a tener un contacto directo con las desigualdades económicas y la pobreza del Reino Unido, cosa que se incrementó tras la Primera Guerra Mundial.
Los niños son los más afectados en caso de probeza
Los escritos de Eglantyne describen las malas condiciones sanitarias y de los sistemas de alcantarillado de Cambridge en la época. En 1849, las aguas residuales todavía se drenaban al río Cam, lo que provocaba brotes de enfermedades en toda la ciudad. La fiebre tifoidea, la escarlatina, la viruela y el cólera eran comunes como resultado de estas terribles condiciones.
Después de dejar el COS en 1908, tuvo otro período en el que sintió verdadera desesperación, culpa y fracaso por su falta de logros, lo que puede verse como similar a las frustraciones internas de Florence Nightingale. Mäs tarde, se interesó por los derechos de la clase trabajadora y por los de la mujer. Caminó con la procesión del sufragio femenino en Guildford.
Refugiados en campos de guerra
Un viaje a los Balcanes, en 1913, para ser parte de una misión de socorro, la marcaría de por vida. Allí fue testigo de la difícil situación que viven los refugiados de guerra, en condiciones de extremo hacinamiento, pasando hambre y frío. A su vuelta a Inglaterra, Eglantyne estaba decidida a buscar apoyos financieros para evitar que se murieran de hambre. Y dio conferencias por el Reino Unido buscando ese dinero.
La firma de la paz, en 1918, no reportó alivio alguno a la situación de la hambruna. Eglantyne y su hermana Dorothy, conscientes de que sus esfuerzos no eran suficientes para paliar el problema, plantearon en un comité ejecutivo del Consejo de Hambruna la posibilidad de que hubiera un fondo especial para los niños.
. El 19 de mayo, en una reunión abarrotada en el Royal Albert Hall, se hizo el primer llamamiento para el «Fondo Save the Children», como un fondo benéfico para situaciones de devastación tras guerras para asegurar la protección infantil. Eglantyne luchó para conseguir apoyos políticos y de la Iglesia.
Finalmente, el 6 de enero de 1920, inauguró la Unión Internacional Save the Children Fund, que pedía además a sus suscriptores que apoyaran el trabajo de la fundación fuera de su propio país. «Es imposible que nosotros, como seres humanos normales, veamos a los niños morir de hambre sin hacer un esfuerzo por salvarlos. Tenemos un solo objetivo: salvar a tantos como sea posible. Tenemos una sola regla, los ayudaremos sea cual sea su país, sea cual sea su religión».
En 1924, la Liga de las Naciones Unidas aprobó la Declaración de los Derechos del niño, hecha por Eglantyne.
Puedes contarle a tus hijos la historia de Eglantyne con este libro:
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