
Grace Patricia Kelly nació en Pensilvania, muy cerca de la Casa de la Cascada, construida por Frank Lloyd Wright (con quien comparte biografía en la colección Ella & Él, una colección pensada para llevar las biografías de figuras relevantes a los niños hasta 8 años).
Sus padres —John y Margaret— eran ex-atletas, así que su familia estaba muy interesada en el deporte. Pero a Grace, que era la tercera de cuatro hermanos, el deporte no le interesaba demasiado. Cuando era niña, en la escuela del convento de Ravenhill a la que iba, practicó hockey y baloncesto y, aunque no se le daba mal, no la apasionaban. Sin embargo, el ballet y el teatro sí que consiguieron prender la llama de su interés.
El teatro y el ballet, importantes en la biografía de Grace Kelly
Con 14 años, Grace se cambió a una escuela en el barrio de Germantown que tenía un grupo de teatro, cosa que consolidó su deseo de triunfar en el escenario, ya fuera como bailarina o como actriz. En 1947, Grace decidió matricularse en la Academia de Artes Dramáticas para convertirse en actriz, a pesar de que a su familia no le hacía ninguna gracia, animada por su tío George Kelly (dramaturgo y ganador de un Pulitzer).
George Kelly fue quien le dio su primer papel como actriz profesional en una obra titulada The Torchbearers. En 1949, hizo su debut en Broadway, con críticas muy favorables que le abrieron las puertas al teatro y a la televisión.
El éxito en esta última, consiguió que Grace trabajara para una película —poco conocida— llamada Catorce horas. A pesar del relativo poco éxito del film, la carrera de la actriz se disparó después de esa película.
Cuando le llegó la oferta de trabajar en la película High Noon (Solo ante el peligro, en castellano) junto a Gary Cooper. Tras esta, vino Mogambo —un drama ambientado en la jungla de Kenia— donde se enamoró de Clark Gable y por la que recibió un Globo de Oro y una nominación al Oscar.
Cuatro películas que forman parte del corazón de los amantes del cine, siguieron a Mogambo: Crimen perfecto, que la convirtió en la musa de Hichtcok, La ventana indiscreta (junto al maravilloso James Stewart), Los puentes de Toko-Ri y La angustia de vivir, que supuso su segunda nominación al Oscar, esta vez como actriz principal. Esta vez sí consiguió Grace Kelly alzarse con la estatuilla y con un segundo Globo de Oro.
La productora para la que tenía contrato la obligó a rodar una última película antes de rescindir este: Fuego verde, una película que pasaría sin pena ni gloria, eclipsada por la siguiente: Atrapa a un ladrón, junto a un bronceadísimo Cary Grant y en la que volvía a trabajar para Hitchcock.
Atrapa a un ladrón fue rodada en la Costa Azul francesa. Allí conoció Grace al que sería su futuro marido —Rainiero de Mónaco—, con quien volvió a coincidir en Mónaco, en el rodaje de El cisne. Empezaron a escribirse y Rainiero la visitó más tarde en Estados Unidos mientras Grace rodaba la que sería su última película —Alta sociedad—, un musical basado en Historias de Philadelphia.
Una boda digna del cine
El anuncio de la boda de Grace y Rainiero fue una bomba en Hollywood, sobre todo porque al casarse, Grace estaba obligada a abandonar una carrera de actriz en el culmen del éxito. Pero la futura princesa de Mónaco estaba decidida.
El 18 de abril de 1956, Rainiero y Grace se casaron en una de las bodas más lujosas de todos los tiempos. Grace Kelly llevaba un vestido de Helen Rose, hecho con tafetán de seda y encaje de punto rosa y que se conserva en el Museo de Arte de Filadelfia.
La elegancia de Grace Kelly y sus contactos dieron un empujón económico al principado de Mónaco que, desde ese momento, estuvo siempre relacionado con el turismo de lujo. Además, Grace no olvidó sus inicios en el mundo del ballet e ideó la Fundación Princesa Grace, con el objetivo —entre otros— de otorgar becas a bailarines talentosos de todas las nacionalidades para formarlos en la danza.
Grace y Rainiero querían ser padres. Tuvieron tres hijos: Carolina, Alberto —que heredaría más adelante el trono— y Estefanía.
Una muerte temprana
Grace Kelly murió en las mismas carreteras de la Costa Azul francesa en las que rodó Atrapa a un ladrón. Aunque se especuló mucho sobre las causas del accidente de coche que le segó la vida con 52 años, parece que Grace sufrió un derrame cerebral mientras conducía y perdió el control del coche. A su lado, iba su hija menor —Estefanía— que no sufrió daños graves.
La princesa Estefanía, que por aquel entonces tenía 17 años, fue durante mucho tiempo acusada de ser la causante del accidente. Se rumoreó, incluso, que conducía ella sin carnet, cosa que con el paso del tiempo negó.
Al hablar del accidente, años más tarde, Estefanía recordaba: «Cada uno de nosotros trató de reconstruirse a sí mismo, y los tres apoyamos a nuestro padre, cuyo sufrimiento era indescriptible. Su dolor fue el mayor, fue a él a quien sentí más vacío, más abandonado. Estar unidos a su alrededor, eso es lo que nos parecía más importante».
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Grace Kelly, la deslumbrante princesa de Mónaco, había dejado nuestro mundo para convertirse en un mito.